Los procesos de tratamiento térmico como el temple y el revenido aumentan la dureza de tornillos de barril de aleación alterando la microestructura del material. Durante el enfriamiento, el tornillo se calienta a una temperatura alta y luego se enfría rápidamente, generalmente en agua o aceite. Este proceso transforma el material en una estructura martensítica, más dura y resistente al desgaste. Una mayor dureza mejora la capacidad del tornillo para resistir materiales abrasivos, lo que lo hace ideal para procesos de extrusión de plástico donde la fricción y el desgaste son comunes.
El proceso de tratamiento térmico no sólo endurece el material sino que también refina su estructura de grano, lo que contribuye a una mayor resistencia al desgaste. La dureza inducida por el tratamiento térmico, combinada con la microestructura refinada del material, hace que el tornillo cilíndrico de aleación sea más resistente a los efectos abrasivos de ciertos polímeros o rellenos (por ejemplo, fibras de vidrio o plásticos con relleno mineral) que de otro modo podrían causar un desgaste rápido. Esta resistencia al desgaste es crucial para extender la vida útil del tornillo, reduciendo los costos de mantenimiento y el tiempo de inactividad.
Además de la dureza, el tratamiento térmico puede mejorar la tenacidad de los tornillos cilíndricos de aleación al equilibrar la dureza con la ductilidad. Después del enfriamiento, el tornillo puede sufrir un revenido, un proceso en el que se recalienta a una temperatura más baja y se enfría lentamente. Este proceso alivia las tensiones internas y mejora la dureza al reducir la fragilidad. Los materiales más resistentes son menos propensos a agrietarse o romperse bajo altas tensiones mecánicas, lo cual es importante para los tornillos cilíndricos de aleación que operan bajo carga continua durante los procesos de extrusión.
El tratamiento térmico, en particular el proceso de tratamiento con solución y envejecimiento, puede aumentar significativamente la resistencia de los tornillos cilíndricos de aleación. Al alterar la microestructura de la aleación, el tratamiento térmico puede mejorar tanto la resistencia a la tracción como el límite elástico, lo que permite que el tornillo maneje fuerzas y presiones más altas durante el proceso de extrusión. Una mayor resistencia garantiza que el tornillo mantenga su forma y rendimiento incluso en condiciones difíciles, como altos rendimientos o al procesar materiales de alta viscosidad.
La resistencia a la fatiga es crucial para componentes como tornillos cilíndricos, que se someten a ciclos repetidos de carga y descarga durante la extrusión. Los procesos de tratamiento térmico, especialmente aquellos que implican enfriamiento controlado o técnicas de alivio de tensiones, ayudan a mejorar la resistencia a la fatiga de los tornillos cilíndricos de aleación al minimizar las tensiones internas y refinar la estructura del grano. Esto significa que es menos probable que el tornillo falle prematuramente debido a la carga cíclica, lo que contribuye a una mayor confiabilidad en entornos de producción de alto volumen.
El tratamiento térmico también puede mejorar la resistencia a la corrosión de los tornillos cilíndricos de aleación, especialmente cuando se combinan con determinadas composiciones de aleaciones, como el acero inoxidable. El proceso de tratamiento térmico puede promover la formación de una capa de óxido estable y resistente a la corrosión en la superficie del tornillo, haciéndolo más resistente a la degradación química y al óxido. Esto es particularmente beneficioso en aplicaciones donde el tornillo está expuesto a químicos agresivos o humedad, lo que de otro modo conduciría a una degradación más rápida.
A través de procesos como el recocido o el alivio de tensiones, el tratamiento térmico ayuda a reducir las tensiones residuales en la aleación, asegurando una mejor estabilidad dimensional. Esto es crucial para mantener las tolerancias precisas requeridas en los procesos de extrusión. Un tornillo que mantiene su forma a lo largo del tiempo garantiza un flujo constante de material y una calidad de fusión uniforme, lo cual es esencial para producir productos extruidos de alta calidad.
Ciertos tratamientos térmicos, como el recocido, también pueden mejorar la maquinabilidad de los tornillos cilíndricos de aleación. Al ablandar ligeramente el material, el proceso de tratamiento térmico facilita el mecanizado o modificación del tornillo durante la fabricación. Esto puede resultar ventajoso cuando se requiere dar forma o roscar con precisión el tornillo, lo que contribuye a un mejor rendimiento general de la máquina de extrusión.